En el hall de la televisión de esta casa, el mismo lugar donde hace poco entrevisté a Antonio de Felipe, mantengo una conversación con Carlos Muñiz de la Aren, también artista, pero menos conocido y su mujer, Fumiko Negishi, pintora anónima hasta que hizo pública su batalla legal contra el artista pop de masas que le despedía después de diez años trabajando en la sombra.
A Fumiko le duele una patada improcedente que está a punto de resolverse en un contencioso laboral, visto para una sentencia que me cuenta pinta bien para ella. Aunque el veredicto que más ansía, es el que reconocerá o no, la propiedad intelectual de más de 200 obras que asegura, nacieron de sus manos y que fueron firmadas por las de Felipe. Entre ellas se encuentran algunas de las doce adquiridas por el IVAM en tiempos de Camps, y a la pregunta, si de demuestra que eres tu la creadora de esas criaturas pop que se vendían como churros a precio de caviar ¿Qué haces con la firma? Una X es su respuesta, un símbolo en femenino que despejaría la incógnita de la autoría de tantas Audreys, vacas, latas de pepsi y otros iconos globales enmarcados, una equis de reconocimiento y desvinculació que sustituiría el autógrafo de quién presuntamente se llevó la gloria de unos pinceles que dice eran de sus manos de obrera del lienzo.
Me aseguran que ya hay cola para pedir devoluciones, algunas vienen desde Miami, lugar donde Felipe me contaba este verano, le decían You’re te fucking beast! Le agradó y le costó poco asimilar tan sencilla adulación para hacerse llamar a él mismo, The Beast. Y así se presenta en instagram, lugar actual y habitual de los famosos para contestar polémicas. Allí, ante sus más de 29.000 seguidores, en la últimas semanas ha abandonado las autofotos para nutrir su perfil, mostrándose pincel en mano en el proceso de creación de una obra que fusiona el Greco con el capitán Spock… Todo muy pop para una historia real que podría tener un final de cine si la autoridad judicial admite la petición de Fumiko, una batalla de pincel, donde demostrar la originalidad, al más puro estilo Margaret Keane contra Walter Keane, reproducida en el cine por el genial Tim Burton en Big Eyes .
Eso ya se verá en un futuro juicio en el que por cierto, Fumiko estará representada legalmente por una abogada que hoy es la actual pareja sentimental de Pedro J. Ramírez, quien fue el primero en sacar a la luz esta historia .
Una X puede ser su victoria, mientras, si queréis ver la firma real de Fumiko, estampada sobre paisajes oníricos de un mundo flotante, acercaos a la Galeria Quatro en la calle de la Nave 25 que allí expone, independiente y a su manera, hasta primeros de marzo.
