No me había dado cuenta todavía, conecto con el informativo de medio día en Antena 3 y echo de menos toda la sabiduría y experiencia que desprendía Maria Rey que ahora ya no está. Cuando contaba las noticias, la pantalla se llenaba de una credibilidad adquirida durante tantos años a golpe de crónica parlamentaria desde el Congreso. Una temporada ha durado en el plató, lastima. La mujer a partir de los 40 lo tiene complicado en televisión. Por mi experiencia en el medio, puedo asegurar que gran parte del buen hacer bajo los focos, tiene que estar precedido del callo de micrófono en la calle que curte y te prepara para tener la seguridad, credibilidad y control ante las cámaras.
A la hora de informar la viejocracia es un mérito que injustamente sólo se concede al género masculino. Por ellos no pasan las temporadas, las canas, el just for men, el injerto capilar y la arruga disimulada con una buena capa de maquillaje, sí se permiten. La edad de ellos no importa y el físico, en tantos casos, tampoco. Para muestra cualquier espacio de información deportiva, con Sara Carbonero se marcó el camino estético de belleza imponente que hoy continúa, a pesar del mayor o menor progresismo de la cadena que la contrate. Y después están ellos, vaya por delante toda su profesionalidad: J.J Santos, José Antonio Luque, Manu Sanchez, Prats, Piqueras y otros tantos rostros que dan vigencia a ese estereotipo bella y bestia que cala en la sociedad, espectadora de tan descarada desigualdad.
En este sentido hay que educar porque la ausencia de la profesionalidad de María me recuerda el vacío de Olga Viza, María Escario, Rosa María Mateo y otras tantas que fueron sustituidas por físicos agradables al espectador, siguiendo el criterio machista del que decide cegado por el contenedor sobre el contenido.
Aquí la noticia es que a ellas, profesionales maduras, hace tiempo que ya no les dejan dar las noticias.