Maria Teresa dijo adiós una vez más. Qué bien tener una trayectoria tan longeva, para poder presumir de haber despedido innumerables programas. Nada es para siempre y menos en la pantalla, donde abunda lo efímero y donde casi nadie, sólo los elegidos, son eternos. Ella va camino de conseguirlo porque este no será el último, lo dice un contrato de larga duración con la cadena. El punto y final de un espacio siempre es un drama, para los que lo hacen sobre todo y es que los Supersingles no serán los únicos que se van al paro…
En los últimos minutos de QTTF asistí perplejo a una escena que, conociéndolo, pensé no volverían a ver mis ojos, la protagonizaba un viejo compañero de plató, Jesús Mariñas que repente se volvió blando y rompió a llorar fundido en un abrazo con la Campos, su jefa durante muchos años. Imagino porque intuiría que esta podría ser su ultima vez, juntos, delante de las cámaras. Una vez le vi llorar, acababa de morir su amiga Rocio Jurado.
El gallego tiene carácter y sabe latín delante de las cámaras, forjado durante noches legendarias en Tómbola. Precisamente fue en la era post del programa del amigo Ximo, donde compartimos camerinos durante tres años en Matí Matí. Realmente el tenía el suyo propio que para eso era estrella y cobraba más que nadie, aunque le gustaba pasar las horas en animadas tertulias de espera con Josep Lozano y un servidor. También compartimos fecha de cumpleaños y poco más, porque lo nuestro era una entrañable relación amor odio. Por entonces yo, casi virgen delante de las cámaras, confieso que solté alguna que otra lágrima de vuelta a casa, cuando Jesús se metía conmigo. Hasta que un día el débil despertó y me hice fuerte aprendiendo a contestar en directo,cada día, ante cualquier hostilidad del amigo.
Hace tiempo que no coincidimos, pero me acuerdo de él con cariño y cuando me lo encuentre tengo que darle las gracias, porque de él aprendí a defenderme en un patio televisivo y porque a su lado aquí uno creció mas curtido …